Nada es original. Roba de cualquier sitio que te inspire
o que alimente tu imaginación. Devora películas antiguas y modernas, música,
libros, cuadros, fotografías, poemas, sueños, conversaciones aleatorias,
arquitectura, puentes, señales de la calle, árboles, nubes, cuerpos de agua,
luces y sombras. Roba sólo cosas que le hablen directamente a tu alma. Si haces
eso, tu trabajo (y tus robos) serán auténticos. La autenticidad es muy valiosa,
la originalidad no existe. Y no te molestes en disimular tus robos –si te
apetece, celébralos. En cualquier caso, recuerda siempre lo que dijo Jean-Luc
Godard: “Lo importante no es de dónde sacas las cosas, es a dónde las llevas”.
Jim Jarmusch